Práctica musical efectiva: El tiempo

PRÁCTICA MUSICAL EFECTIVA EL TIEMPO 1
Encontrar el tiempo necesario para practicar es una de las preocupaciones constantes de una gran parte de músicos, sean estos aficionados, estudiantes o  profesionales. Los exámenes, el trabajo y las obligaciones cotidianas ocupan una parte inevitable de nuestras horas, por tanto se hace necesario aprender a manejar el tiempo del que realmente disponemos para aprovecharlo de forma efectiva. Aquí analizaré algunas ideas que pueden resultar de utilidad para gestionar mejor la práctica musical.

¿CUANTO TIEMPO?
Muchas de las preguntas que afrontamos frecuentemente los profesores tienen que ver con el tiempo, sobre todo ¿Cúanto tiempo he de practicar?  Aunque parezca evidente, no existe una respuesta válida para todos los casos. A pesar de ello, en el entorno musical, la tendencia siempre ha venido marcada por la cantidad: a más horas de estudio, más resultados. Esto, solo posee una parte de verosimilitud. No es una regla de tres perfecta, hay un gran matiz a considerar en la mala costumbre de medir resultados en función de las horas invertidas, no en la calidad del propio tiempo empleado. Estar tocando no quiere decir estar estudiando. Y estar estudiando no quiere decir que aprovechemos eficazmente el tiempo. El tiempo que tome a cada persona ser bueno en algo, no es tan relevante en realidad, puesto que hasta cierto un punto es inevitable. Por el contrario, es vital que cada minuto se use de manera inteligente y pragmática.

La eficacia con que empleemos nuestro tiempo es directamente proporcional a nuestro nivel de atención. Por tanto, es primordial evaluar nuestra capacidad real de permanecer concentrados en cada tarea. De poco sirve hacerse el propósito de sentarse a estudiar dos horas, si después de 30 minutos perdemos la atención y empezamos a divagar.
Por supuesto, esta habilidad se puede cultivar y desarrollar, pero de manera gradual y consciente. Por tanto, el primer asunto a resolver sería conocernos un poco mejor, y aprender a valorar de lo que somos capaces en el tiempo que dispongamos para practicar en cada sesión.

Una buena costumbre es elegir frecuencia antes que cantidad. Dividir el trabajo en fragmentos de más fácil digestión siempre favorece la asimilación de contenidos. Mejor todavía, ya que nuestro cuerpo desarrollará con más naturalidad la memoria muscular necesaria. Además evitaremos lesiones por sobrecargas musculares y esfuerzos mantenidos.

PERDIENDO EL TIEMPO
Hay numerosas  maneras de perder el tiempo y algunas pasan peligrosamente inadvertidas para los músicos, por su misma naturaleza musical.

• Desorden: Aunque algunos se empeñen en creer lo contrario, un entorno de estudio desordenado transmite intranquilidad y caos a nuestro cerebro, y esto siempre es sinónimo de inefectividad. Por otra parte, es un grave error menospreciar el tiempo que se puede llegar a perder tratando de encontrar las herramientas para practicar.  Es fundamental disponer de un lugar cómodo y limpio, donde podamos ubicar todo el material necesario para nuestra sesión de estudio a golpe de un vistazo.

• Distracciones:  Con toda la información al alcance de un click, es difícil realizar una desconexión profunda que nos permita sumergirnos en nuestra tarea sin interferencia alguna. Obviamente, internet es el medio definitivo para la procrastinación. Un simple y breve acto como comprobar el correo, puede llegar a convertirse en un negativo hábito de autointerrupción. Por eso es buena idea, desentendernos por un breve lapso de tiempo de los dispositivos que nos conectan al mundo: ordenador, tablet o teléfono están mejor fuera de la habitación de estudio. Si hemos fijado con mesura y de forma realista el tiempo que podemos emplear en la práctica, no debería ser un problema evitar las fuentes de distracción momentáneamente.

• Convivencia: Es nuestra obligación transmitir a las personas con las que compartimos vivienda o espacio, que nuestra actividad musical requiere una dosis considerable de concentración, y esta se puede perder o ver afectada en gran medida por cuestiones de  relativa importancia, que en muchos casos podrían postergarse sin perjuicio alguno. Una interrupción es un asunto más serio de lo que pudiera parecer a simple vista. No perder el ritmo de trabajo puede ahorrarnos enormes cantidades de tiempo.

• Dispersión: Este es un grave problema. Muchas veces, ni siquiera es un impulso exterior el que nos aparta del camino. Nosotros mismos nos saboteamos hasta el punto de saltar de una cosa a otra, sin sentido ni dirección. Ni siquiera es necesario cambiar de actividad. Podemos seguir tocando nuestro instrumento sin advertir que hemos perdido por completo el propósito de nuestro objetivo. A medida que trabajemos para mejorar nuestra atención, nos beneficiaremos de una práctica más profunda y eficiente.

CONSIGUIENDO TIEMPO EXTRA
Una buena gestión del tiempo, implica aprovechar diferentes momentos del día. No siempre podemos disponer de nuestro instrumento. Hacer música es una actividad multidisciplinar. No toda la práctica tiene que ver con la repetición de movimientos, ni es recomendable llevarla a cabo desde el plano físico.

• Memorización:  En el transcurso del día siempre hay una serie de momentos que a pesar de ser breves, se pueden emplear para fijar o refrescar conceptos que habremos de manejar con soltura a la hora de tocar. Por ejemplo, adquirir soltura calculando intervalos, memorizar las alteraciones de cada tonalidad, o nombrar las notas en el mástil de la guitarra.

• Lectura: Muchas personas leen en los desplazamientos en transporte público, siempre podemos utilizar ese tiempo para leer algún manual de teoría o solfeo.

• Aprender temas: Algo que puede ahorrar una cantidad muy grande de tiempo a la hora de estudiar temas, es haber hecho una lectura previa de la partitura, elaborando un esquema que analice los puntos clave como: forma, tonalidad, compás, subdivisiones rítmicas, etc.

• Entrenamiento del oído: La herramienta definitiva del músico, es quizá la que más fácilmente se puede trabajar en diferentes situaciones. Gestos como golpear con las manos en las rodillas, se pueden convertir en un ejercicio que ponga a prueba nuestra habilidad rítmica. Con la ayuda de un simple diapasón que nos permita referenciar un LA 440 podemos practicar el reconocimiento de intervalos o entonación de escalas y arpegios. Las posibilidades son ilimitadas y adaptables a cualquier nivel.

• Multitarea: Hay un sinfín de situaciones que son el vehículo perfecto para practicar rápidos refrescos mentales, por ejemplo cuando hacemos cola, cuando desarrollamos una actividad que no requiera gran atención o entrañe peligro. Fregar los platos puede ser una magnífica oportunidad de comprobar nuestra velocidad mental a la hora de manejar una variedad de conceptos.

• Audición: Oír música no es solo un alimento para el alma. A través de una escucha activa el músico dispone de una  inagotable fuente de inspiración, ideas y recursos de los que aprender para seguir creciendo y evolucionando. Placer y trabajo pueden y deben ir de la mano.

• Composición: Nunca se sabe en qué momento puede venir a tu cabeza una buena idea. Ni siquiera hace falta ser un experimentado compositor para tararear una melodía o definir un ritmo. En estas situaciones es fácil usar papel y lápiz, una grabadora portátil o un teléfono.

Todo el tiempo es valioso. Sacar provecho de él, depende por completo de nuestra habilidad para gestionarlo. Esto, posiblemente conlleve hacer algunos cambios en nuestros hábitos, pero la recompensa bien merece la pena.

Sigue leyendo acerca de la práctica musical efectiva aquí: PLANIFICACIÓN

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7 pensamientos en “Práctica musical efectiva: El tiempo

  1. Saludos Carlos. Felicitaciones por un tema expuesto de manera muy excelente.

    En esta era de la informática que vivimos, es muy retante el encontrar un tiempo para el estudio musical entre tanto quehacer diario. Lamentablemente vivimos afanados y no nos damos cuenta en muchos casos.

    Me considero una persona con facilidad tecnológica. Sin embargo, tengo que reconocer que en ocasiones la tecnología se convierte en mi peor enemiga a la hora de estudiar mi instrumento. Es muy fácil distraerse cuando encendemos la computadora, especialmente en la redes sociales. Últimamente he resuelto no encender mi computadora hasta tanto no haya estudiado mi instrumento (o al menos haya hecho ejercicios de calentamiento, en caso de tener un día atareado).

    Gracias por compartir este artículo. Creo que será muy útil para mis estudiantes también, así que procuraré referirlos al mismo.

  2. Hola Ángel,

    Este tema siempre me ha interesado mucho, por mis propios problemas y los que tienen mis estudiantes para encontrar tiempo para practicar. Creo que queda mucho por hacer en este campo. Me alegro de que os pueda servir.

    Un abrazo

  3. Pingback: Práctica Musical Efectiva: Planificación | El Blog de Carlos Vicent

  4. Pingback: Práctica musical efectiva: Progreso y autoevaluación | El Blog de Carlos Vicent

  5. Me parece muy interesante este blog y con muchas herramientas para progresar en la guitarra. Mi pregunta es con respecto al legato. Hay pulsar la cuerda una sola vez y hacer las notas que están ligadas? Gracias

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