En las primeras fases del estudio musical, es frecuente pasar la mayor parte del tiempo trabajando piezas sencillas. Sin embargo, después de una temporada, es normal que los estudiantes, de manera intuitiva, quieran reorientar su práctica hacia material más técnico como: armonía, improvisación, técnica o recursos compositivos. Esto se acentúa aun más en aquellos que empiezan a escribir su música y formar sus primeras bandas. Estos y otros recursos son totalmente imprescindibles para cualquiera que quiera profundizar medianamente en la música, aunque es normal que esto venga acompañado de un progresivo abandono del aprendizaje de temas, ya sean riffs, secciones rítmicas al completo o solos. Si analizamos la situación, encontraremos que hay motivos de peso para seguir estudiando las composiciones de otros músicos
1. Satisfacción.
En la mayoría de los casos, la música que oíste en un primer momento te inspiró tanto como para aprender a tocar un instrumento, pasando de ser un mero oyente a convertirte en músico (aunque sea aficionado). Tocar música que realmente te conmueve debería ser motivo más que suficiente para invertir tiempo y energía en ello. Ser músico implica una gran dedicación y perseverancia, y es fácil olvidar que la principal razón por la que tocas es por placer, por puro amor a la música. Aprender música nueva te ayuda a volver a ese estado de fascinación inicial y recargar la batería de la motivación.
2. Aprender por imitación.
Una de las formas más comunes y eficaces a la hora de aprender, es por mimetismo. Hay de hecho, estilos como el Flamenco o el Blues que se han transmitido a lo largo de los años, casi sin necesidad de los recursos didácticos tradicionales. Los artistas tocan juntos y se escuchan mutuamente aprendiendo por pura imitación. De igual manera que un bebé constantemente extrae información de sus padres para aprender a hablar, comer o relacionarse, puedes sacar gran partido a la experiencia de otros músicos, imitando lo que tocan. Esto no quiere decir que te transformes necesariamente en un clon. Hay que tener en cuenta la gran cantidad de conceptos que todos los músicos empleamos y tenemos en común, y que sufren un proceso de modificación hasta poder encajar en nuestra expresión personal. Tomando como ejemplo un guitarrista flamenco y un guitarrista de blues, ambos pueden utilizar exáctamente el mismo voicing para un acorde de Mi mayor, o la misma combinación de dedos en la mano derecha. Pero es obvio que cada uno suena muy diferente al otro. Es imposible reducir la música solo a estas cuestiones, importantes pero no determinantes, así que no tengas ningún miedo a imitar, a cuantos más y más variados artistas mejor.
3. Lenguaje.
En composición, y sobre todo en improvisación, el lenguaje es el responsable de que la música posea el sabor que la hace característica en cada estilo.
Cada género musical posee tendencias melódicas, rítmicas, armónicas y expresivas propias. Es muy habitual, que los músicos pricipiantes se sientan frustados por no poder conseguir el sonido deseado, a pesar de haber aprendido algunos acordes y/o escalas. Por tanto, no basta con aprender todo el material de manera independiente. Esto es muy revelador, ya que de igual modo que no se aprende a hablar una lengua estudiando solo listas de verbos o preposiciones, en la música es necesario saber hablar a través de las escalas, la armonía o el ritmo, entre muchas otras cosas. Son mayoría, el número de artístas y docentes que coinciden en el mismo mensaje: toda la información relevante está en los discos. Solo hay que sentarse a escuchar, imitar y aprender. El resto, con el trabajo adecuado y constancia empezará a convertirse en música real.
4. Aplicación práctica de la teoría.
La teoría, es una de las partes de la música más importante, ya que se encarga de explicar el funcionamiento de una manera lógica y racional. Hay que tener muy claro, que la teoría de la música, racionaliza los procesos empleados por los músicos, y no al revés. Por tanto, más allá de una colección de normas inquebrantables, ésta se parece más a un conjunto de ideas. Estudiar teoría, fundamentalmente nos ayuda a organizar conceptos para su uso práctico y a poder relacionarnos con otros músicos. Pero también nos descubre posibilidades que inicialmente nos pasaron inadvertidas. Y lo que es más importante, supone un enlace directo entre el papel y el sonido. A través del estudio de composiciones o improvisaciones de otros, podemos comprobar de primera mano, que la montaña de reglas teóricas, de hecho se cumplen, y también se rompen. Pero no se puede romper consciente y deliberadamente aquello que se desconoce. Más aun, ¿acaso al romper una regla no estamos creando una nueva? En cualquiera de los casos: conocimiento es poder, siempre que se lleve a la práctica.
5. Técnica.
Algo que muy probablemente nos sucede a todos, de manera casi inconsciente, es que tendemos a buscar la forma más cómoda de tocar. Sobre todo al improvisar o tocar espontáneamente. Esto no es algo malo en sí, siempre y cuando no determine tu sonido. Una forma de mejorar o ejercitarse técnicamente, es aprender nuevas piezas que sean lo suficientemente desafiantes y adecuadas a tus propósitos, y sobre todo que te fuercen a concretar algún aspecto técnico. Por ejemplo, tocar una pieza que requiera emplear una digitación específica, cambiar de un acorde a otro con precisión, alcanzar un tempo concreto…la lista podría extenderse casi indefinidamente.
6. Ritmo.
El ritmo, es uno de los elementos musicales que resultan más intuitivos. Precisamente por eso, a veces no se le presta la debida atención a su estudio y desarrollo. Más allá del obvio y necesario trabajo con el metrónomo, aprender música que emplee diferentes compases y subdivisiones rítmicas a las que usas, es siempre enriquecedor y necesario. De hecho, la dificultad de algunas piezas, no reside en su estructura armónica o en las demandas técnicas, si no en el propio ritmo. Este trabajo es deseable en cualquier fase de la interminable formación de un músico. No hay mejor manera de interiorizar cualquier idea rítmica, que escuchándola en su contexto real y haciéndola tuya.
7. Oído.
Para poder tocar bien cualquier tema, no solo tienes que memorizarlo, comprenderlo y ser capaz de ejecutarlo con precisión técnica y rítmica. Para replicarlo, has de poder escucharlo a la perfección en tu cabeza, como si discernieras una conversación en tu propio idioma. Es más, la audición es el primer paso para aprender un tema y grabarlo en tu cerebro. Estudiar composiciones o improvisaciones, resulta ser uno de los métodos definitivos para entrenar el oído. Es necesario remarcar, que existe una enorme diferencia entre aprenderlos de oído o extraer la información de una partitura o tab. Siempre que puedas, trata de transcribir la música que quieres tocar. No te prives de la parte del proceso de aprendizaje más beneficiosa.
8. Interpretación.
Podríamos definir la interpretación, como la habilidad de ejecutar música con conocimiento, sensibilidad y sentido musical. Las referencias para mejorar en este campo serían: tocar con otros músicos y por supuesto estudiar las grabaciones prestando especial atención a todo lo que hace de ellas algo especial: fraseo, manejo de las dinámicas, volumen, intensidad, tempo, respiraciones, acentos, texturas, y en general cualquier parámetro difícilmente conseguible sin una referencia exterior.
9. Repertorio.
Tal vez la razon más obvia para dedicarse a aprender temas, es poder construir un repertorio. Bien sea con una banda o en solitario, disponer de un número de composiciones listas para interpretar o sobre las que improvisar es de mucha utilidad a la hora de tocar con otros músicos. Por ejemplo, en Jam Sessions o en las primeras fases de grupos que empiezan a tocar y aun no han escrito su propio material.
10. Recursos compositivos.
Estudiar composición, no es otra cosa que aprender los recursos y técnicas que otros compositores han empleado para escribir y arreglar música. Con esto en mente, aprender temas, si se hace con profundidad, implica adquirir fundamentos y técnicas útiles en el ejercicio creativo. Esto incluso, llega a pasar inconscientemente. La música que escuchamos tiene un impacto en nuestra percepción musical. La música que además estudiamos potencia enormemente ese mismo efecto.
11. Memoria.
Aunque no se hable con frecuencia de ella, la memoria es una de las cualidades más necesarias y que más ha de desarrollar un músico. Cuando tocas de forma libre, no estás ejercitándola de igual manera que si lo haces dentro de límites o esquemas pre-establecidos. Aprender temas potenciará en buena medida tu capacidad de retención, algo que es además útil en el resto de aspectos de la vida.
12. Práctica variada y equilibrada.
Los planes de estudios, cuando son exigentes, pueden incluir cuestiones a veces arduas de trabajar, tales como lectura, ejercicios técnicos o memorización de patrones. Un buen contrapunto a estas áreas, consiste en simplemente aprender un tema. Cuando llevas un tiempo trabajando en tu repertorio, es normal volver a sentir un renovado interés en estudiar áreas más conceptuales, y viceversa. Al final todo termina por conectarse y formar parte de un puzzle más grande y lógico.
Como comprobarás, las razones para aprender temas son muchas y tan diferentes como lo puedan ser tus necesidades musicales. Haz que tu música fluya a la vez que tu práctica. Toma decisiones que te lleven directamente a conseguir los objetivos que tienes en mente, y no dejes de mejorar cada día.
Si has disfrutado de este artículo, SUSCRÍBETE y forma parte de la comunidad de lectores del blog.
A través de mis clases por Skype estoy ayudando a progresar a guitarristas de todo el mundo. Si deseas estudiar guitarra y armonía conmigo, CONTÁCTAME y pongámonos a trabajar juntos: carlosvicentclases@gmail.com
Puedes APOYARME y acceder a mucho más de mi MATERIAL ORIGINAL en Patreon: www.patreon.com/CarlosVicent
Excelente post! Me hizo reflexionar coló compositor ya que a veces me concentro tanto en tocar y repasar mi musica que no dedico tiempo a la práctica de otros temas pertenecientes a otros artistas. Muchas gracias sigue así.
Muchas gracias Eduardo! Un abrazo!
que esclaresedor, como musico autodidacta en los ultimos años me dedique casi adictivamentae al estudio de armonia y de multiples tecnicas laberintos sobre el diapason sacrificando concinetmente los temas (repertorio) que asdecir verda me tenian estancado. Logre libertad y felicidad de desplasarma por mastil en mil direcciones sin perder coherencia y musicalida, la idea fue rectificar para coponer mi musica, pero me quede en lo primero. ,me pega en los cachos muy fuerte un par de cosas que plantes tales como lo de la memoria, repertorio y sobre todo el analisis de temas. a decir verda nunca fue mi fuerte sacar temas, por lo que me escudaba en mis temas super locos. Creo que hoy con todo lo absorvido puede que me resulte mas facil. vamos por la satisfaccion de tocar un tema de principio a fin al callo!