Arpegios con triadas abiertas

La música compuesta no solo es fuente de deleite e inspiración, también es un infinito universo del que aprender. Ni siquiera es imprescindible estudiar una obra de principio a fin para empezar a educarse y sacar algo de provecho. Con cierta base y mentalidad analítica es posible extrapolar ideas que posteriormente desarrollar e implementar en tu vocabulario.

Aplicando esta perspectiva, he tomado la primera frase de la famosa suite nº1 en Sol mayor, BWV 1007, para violoncello de Johann Sebastian Bach. Un simple análisis interválico nos muestra que comienza con un arpegio del acorde de tónica (Sol mayor).
Las notas están dispuestas formando una triada abierta (tónica, quinta y por encima la tercera). Además incluye un pequeño juego melódico donde la tercera se mueve a la segunda. Con un enfoque más moderno podríamos denominar a este arpegio Gadd9.
Solo ocho semicorcheas forman el motivo, que se repite para completar el compás. Esta sencilla melodía es más que suficiente para plantear una buena sesión de práctica.


En primer lugar he transportado el arpegio original a la tonalidad de Do mayor y lo he digitado en las cuerdas 542. En la imagen he incluido la partitura, la tablatura y un diagrama con el voicing empleado. Además, he marcado la fundamental del arpegio en rojo y la novena añadida en azul. La intención de esto no es otra que desarrollar la memoria fotográfica interválica y no limitarse a tocar las notas, ajeno a la construcción visual, tan importante en la guitarra.

Con este punto de partida, he desplazado la idea por los siete grados de la tonalidad. Ya hay un planteamiento interesante en ser capaz de tocar la triada abierta correspondiente, pero además hay que identificar que tipo de 9ª corresponde a cada grado. No sería mala idea que te tomes el tiempo de escribir todo esto y comprobar si lo tienes claro antes de tocarlo:

Conscientemente, no he incluido ninguna indicación técnica. Este ejercicio podría ejecutarse con técnica de púa alterna, con ligados en la cuerda dos, con púa híbrida, con fingerpicking. Forma parte del proceso que cada uno adapte la melodía a su forma de tocar y sus intereses específicos.

A continuación, he llevado el concepto a las siguientes escalas: menor natural, menor armónica, menor melódica y mayor armónica. Identificar la armonía (acordes de cada grado y novena) de las escalas que uses es una parte fundamental del proceso. Precisamente este puede ser un buen momento para familiarizarte con sonoridades nuevas, al mismo tiempo que amplías tu vocabulario de acordes/arpegios y desarrollas tu técnica.

En el siguiente ejercicio, he empleado la escala de La menor, y he organizado los arpegios en el ciclo de cuartas. Lo he digitado alternado los grupos de cuerda 542 y 431. Esto previene cambios de posición amplios y es a la vez un excelente ejercicio de precisión para ambas manos.
El quinto grado de la escala, es en esta ocasión un Mi mayor, que tomado de la escala menor armónica, resuelve mucho más satisfactoriamente sobre el acorde de tónica, La menor.


He escrito los siete arpegios que completan el ciclo dos veces, para tocar todo en los dos grupos de cuerdas, atravesando el diapasón desde la posición 12 a la posición 1.
En la segunda vuelta, he transformado La menor en La mayor. En esta ocasión con función de dominante secundaria del 2º grado (V/II) Re menor. Comprueba por ti mismo como todo esto suena suave y lógico.

La última propuesta es algo más compleja y requiere un vocabulario más amplio. Valora bien si estás realmente preparado para trabajar en esto. De nuevo en la tonalidad de Do mayor del ejercicio principal, he invertido los arpegios, respetando el mismo tipo de voicing abierto. Al mantener el contorno de la melodía original el soprano (la nota más aguda) es un intervalo diferente en cada inversión. De ese modo:

  • En 1ª inversión el soprano es la quinta que se mueve a la 4ª (nota azul)
  • En 2ª inversión el soprano es la fundamental que se mueve a la 7ª (nota azul)

Es un reto interesante ser capaz de mover esta última idea por las escalas antes planteadas, u otras que conozcas y te interesen.
Por supuesto, todo este material es susceptible de transportarse a cualquier tonalidad. Mi consejo siempre va a ser el no aferrarse al tono practicado en primer lugar. Tratar de no memorizar donde poner los dedos en el instrumento. Por el contrario, hay que ser capaz de comprender la tonalidad y manejar la armonía a nuestro antojo. No es poco, ni se puede conseguir rápidamente. Pero no se trata de llegar al final de este ni de cualquier otro ejercicio, se trata de crecer y de lo que sucede día a día mientras practicas. Así que evítate a ti mismo cualquier sensación de prisa o agobio. Disfruta del camino. No puede ser de otro modo.

En mis clases privadas, exploro de manera mucho más específica y personalizada este y otros conceptos con mis estudiantes. Si te interesa expandir tu percepción musical y romper viejos bloqueos y progresar con una guía organizada, escríbeme y te cuento como funcionan: carlosvicentclases@gmail.com

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