Práctica Musical Efectiva: La sesión de estudio

Práctica correcta práctica perfecta 3

En las dos primeras partes de esta serie de artículos dedicados a la práctica musical efectiva, hablé de las fases previas al estudio: EL TIEMPO y LA PLANIFICACIÓN. En esta ocasión abordaré lo que sucede durante la propia sesión de práctica.

CONSIDERACIONES FÍSICAS

• Calentamiento: Aunque pueda pasar inadvertido, tocar un instrumento es una actividad física muy exigente.  Se requiere una flexibilidad y destreza inusuales en otras áreas de la vida. Es por ello imprescindible realizar un calentamiento adecuado. De esa forma podremos alcanzar el umbral de nuestra habilidad sin comprometer la salud. Antes de tomar el instrumento, es muy aconsejable comenzar con  una breve rutina de estiramientos y automasajes en manos, muñecas, brazos e incluso cuello y espalda.

• Higiene postural: Los músicos, somos probablemente uno de los colectivos que más acusamos los dolores causados por malas posiciones y esfuerzos prolongados. Muchos de ellos son incluso cronificados, cuando se podían haber evitado manteniendo una correcta higiene postural.  Hay que monitorizar nuestro esquema corporal para mantener la posición «menos antinatural posible». Lo que al principio es una auténtica labor de vigilancia,  se transforma progresivamente en un hábito saludable. Normalizaremos acciones en las que ni siquiera tendremos que pensar para funcionar correctamente.
Dicho esto, nunca podemos desconectar de las sensaciones físicas. Saber prevenir lesiones, tiene mucho que ver con poder diferenciar el dolor de un esfuerzo, del dolor de una sobrecarga. Hay que atajar la lesión antes de que se produzca el daño.  Al primer síntoma de dolor, es preferible descansar y observar de donde viene puede venir el problema, para no insistir y potenciarlo.

• Dificultad progresiva: Aunque parezca obvio, es crucial empezar por tocar el material que requiera menos esfuerzo físico. Comenzar por las zonas más ergonómicas es por ello, una buena idea. En la guitarra, eso significa desde el traste 7 en adelante y preferiblemente en las tres primeras cuerdas.

Esperar unos minutos antes de hacer estiramientos, ejecutar bendings, o pisar acordes duros, ayuda a nuestro propósito. Por tanto, es deseable comenzar tocando melódicamente (escalas y arpegios) antes que posiciones fijas. Siempre es más sencillo vigilar la tensión en un dedo, que en varios a la vez.
Aquellos guitarristas que dispongan de diferentes instrumentos, harían bien en optar por empezar por tocar con aquellos de tacto más amigable (por ejemplo guitarras con menor escala y calibre más ligero).

Por supuesto, dificultad progresiva es también sinónimo de velocidad progresiva. Nunca se insistirá lo suficiente en este aspecto. El propósito del calentamiento es prepararnos para estudiar o tocar al máximo nivel que nos sea posible. Ello requiere perseverar tocando a la velocidad reducida y aumentar paulatinamente. Tengámoslo presente, siempre.

CONSIDERACIONES MENTALES

• Concentración: La atención requerida para una sesión de estudio efectiva, se podría representar en una curva o línea ascendente en el tiempo. Sería acertado compararlo con la acción de leer un libro. Desde que leemos el primer párrafo hasta que nos sumergimos por completo en el texto, pasa un tiempo. A mayor concentración, mas rápidamente desconectaremos de todo lo demás y mejor aprovecharemos el tiempo del que dispongamos.

• Atención: Cuando se practique, no debería hacerse nada más. El canal de atención es único. Realizando diferentes tareas que requieran concentración, nuestra atención es incapaz de simultanearlas, saltando constantemente de una a otra. Así que es importante evitar cualquier distracción y no practicar con el piloto automático. Mejor cinco minutos totalmente concentrados en una sola cosa, que una hora dispersos.

ERRORES EN LA PRÁCTICA

• Practicar y tocar: En primer lugar, es conveniente hacer la distinción entre practicar y tocar. Lo primero es un proceso intelectual, puesto que tiene que ver con adquirir conocimientos  para hacer música.
Por el contrario, tocar conecta mucho más con el campo intuitivo que con el lógico. En ese momento, haremos uso de los conceptos que realmente hayan cristalizado en nuestra sesión de práctica. Del mismo modo que estudiamos lenguaje, pero no pensamos en ello a la hora de expresarnos. Ambas actividades son imprescindibles, pero es fundamental asegurarse de no confundirlas y evitar saltar de una a otra sin atisbo de lógica.

• Tipos de práctica: Si tenemos en cuenta los procesos implicados en la práctica, podemos categorizarla de la siguiente forma:

-Práctica mental: cuando el propósito es asimilar conceptos que suceden al margen del plano físico. Por ejemplo memorizar y asociar conceptos, entrenar el oído o interpretar códigos.

-Práctica física: cuando trabajamos para mejorar nuestra habilidad motriz, adquirimos velocidad, precisión o flexibilidad.

El verdadero error es confundir una práctica con otra, ya que esto desvirtua los objetivos inherentes a cada caso. Por ejemplo, es común que algunos estudiantes, a la hora de tocar un pasaje, confundan un problema de memorización con una dificultad técnica o rítmica. Para cada problema existe una solución, pero estos han de ser resueltos independientemente y con procedimientos específicos. Por tanto, es un buen punto de partida, analizar qué tipo de práctica es necesaria cuando nos enfrentamos a trabajar nuevas cuestiones.

BUENOS HÁBITOS EN LA PRÁCTICA

• Trabaja con los errores: Los errores son la información más valiosa de que disponemos.  Es necesario aislarlos, analizarlos  y convertirlos en objetivos plausibles. Hay un comportamiento muy habitual en el estudiante novel, al que me gusta llamar «el bucle del error». Es la acción de cometer un error y volver a empezar a tocar la pieza o fragmento desde el principio, a menudo incrementando la velocidad, con la esperanza de hacerlo correctamente. Por supuesto, no suele funcionar y se entra en un bucle donde solo se repite correctamente la parte que ya estaba bien asimilada. Esto es una muestra de lo poco conscientes que somos de nuestras acciones en la sesión de estudio. Tomemos nota de nuestros errores, simplifiquemos y busquemos soluciones para ellos de la manera más lógica y sencilla.

• Concéntrate en los puntos débiles: Practicar e insistir en tus puntos fuertes, realmente no ayuda progresar. Puede que nos reporte cierta sensación de satisfacción y seguridad, pero es una acción ciertamente basada en alimentar el ego. En definitiva, un autoengaño. Por el contrario, trabajar en los puntos débiles te asegura seguir avanzando y derribando barreras. Hay que normalizar el acto de permanecer fuera de nuestra zona de confort.

• Calidad antes que cantidad: Un trabajo concienzudo y profundo, aun cuando se basa en uno o dos conceptos sencillos, siempre rinde más beneficios que un práctica más ambiciosa. Esto es así, porque todos tenemos una capacidad finita de absorción (intelectual o física). La diferencia viene marcada por la asimilación. A menor cantidad, mayor calidad.

• Implementación: Si hay algo a lo que debería prestarse una especial atención cuando se practica, es a la aplicación real de conceptos. Cuando se lleva un tiempo estudiando, es fácil caer en la trampa de memorizar material, pero no implementarlo en nuestra forma de hacer música. Asumamos que si un acorde, una técnica, una frase o cualquier otro concepto no aparece en nuestra forma de tocar, es como si nunca lo hubiéramos aprendido. Por supuesto, toda idea pasa por varias fases hasta que su uso se normaliza por completo. Para esto, observar nuestra propia forma de tocar, puede ser de gran ayuda. Es útil tener como referencia real, algo que llevemos tocando mucho tiempo. Algo que no nos cueste el más mínimo esfuerzo, porque de hecho no tenemos ni que pensarlo, solo reaccionamos usándolo cuando lo necesitamos. Aspiremos a obtener el mismo nivel y facilidad en todas las áreas.

Espero que estas ideas te sean de utilidad. ¡Buena suerte en tu práctica!

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