10 razones para recibir clases de guitarra

Paul Reed Smith CE 24
Cuando mostramos interés natural por aprender música, suelen darse dos situaciones. Optar por estudiar por nuestra cuenta con ayuda de manuales, lecciones en video, revistas, paginas de internet…o bien recurrimos a la ayuda de alguien con más experiencia, un profesor.

Lo cierto es que no hay motivo para tener que decidirse por una, si te puedes beneficiar de las dos situaciones. En ningún caso, un docente sustituye la labor de investigación personal. La búsqueda de tu propio camino musical, siempre tendrá un gran componente de individualidad. Pero el maestro adecuado debería hacer el camino más ágil y disfrutable. Estas son algunos motivos que creo merece la pena considerar:

1) EVITAR ERRORES FUTUROS
Cometer errores de orden técnico o conceptual en el aprendizaje de un instrumento es un lujo que nadie debería permitirse. Un vicio siempre se puede revertir, pero las lesiones provocadas por mala práctica a veces llegan a convertirse en un serio problema. Un profesor solvente evitará el mal antes de tiempo. Prevenir siempre es mejor que curar.

2) PERMANECER MOTIVADO
Cuando uno toca solo, es fácil atravesar fases de un engañoso relajamiento que a menudo desembocan en abatimiento y desánimo. En las peores situaciones llegan incluso al abandono de la actividad musical. Una de las labores más importantes y menos reconocidas de los maestros es la de motivar e infundir confianza a sus estudiantes. Esto lo consigue un profesor que también desempeña las labores de mentor.

3) AHORRAR TIEMPO
Cuando aprendes por tu cuenta pierdes un tiempo enorme. Es un hecho. Tener que comprobar toda la información a modo de prueba y error, es hasta cierto punto inevitable, pero la ayuda adecuada te facilitará situarte en el punto idóneo para entender conceptos y resolver problemas en muchísimo menos tiempo.

4) TOCAR CON ALGUIEN MAS EXPERIMENTADO
Cuando tocas con alguien con una trayectoria mas larga o diferente a la tuya, hay un porcentaje de información que se absorbe instantáneamente escuchando, observando e interactuando juntos. Es una de las cosas mágicas de la música, casi sin darte cuenta el piloto automático de la intuición se enciende, el cambio sucede y tu empiezas a mejorar.

5) DIVERSIFICARTE
Un profesor con un amplio bagaje musical, como mínimo siempre enriquecerá tu comprensión de la música, pero también te expondrá a diferentes conceptos, a nuevos enfoques y maneras de expresarte. Diversificarse es crecer.

6) OBTENER SEGUIMIENTO
Aprender música es una actividad de recorrido vital. Todos los estudiantes se enfrentan a diferentes problemas en cada etapa de la vida musical. Por eso, es de un valor incalculable tener a tu lado a alguien que ya haya superado esas fases, alguien que sepa presionar las teclas adecuadas en el momento adecuado y te dirija.

7) ACCEDER A LA INFORMACIÓN CORRECTA
Estudiando solo, uno de los mayores obstáculos es discernir que información es útil para tus propósitos. Un profesor ha de poder seleccionar contenidos y ajustarlos en función del nivel, proyección, gustos, situación vital y hasta personalidad de su pupilo.

8) DERRUMBAR FALSOS MITOS
En general, todos somos dados a crearnos opiniones a menudo infundadas o poco contrastadas. En el estudio de la música esto no es una excepción. Es fácil dar por válidos mitos y creencias basadas en una más que cuestionable sabiduría popular. Forma parte del trabajo de un maestro experimentado y abierto de mente, desprenderse de dogmatismos y cuestionarlo todo. Esto es, ofrecer a los estudiantes una manera de trabajar más pragmática, efectiva y libre de condicionamientos.

9) APRENDER DE UN MODO ESTRUCTURADO
Uno de las situaciones más comunes entre los músicos que aprenden por su cuenta, es adolecer de falta de dirección y organización, saltando de un concepto a otro, en la mayoría de ocasiones sin atisbo de lógica. Un profesional de la enseñanza debería trazar un plan ordenado, delimitando objetivos a corto, medio y largo plazo, necesariamente basados en las necesidades e inquietudes del estudiante.

10) CONOCER GENTE AFÍN
Algo que he visto suceder durante mis años como docente, es crecer las conexiones entre alumnos, bien sea juntándose para tocar y estudiar juntos, formando nuevas bandas o simplemente desarrollando una amistad musical o extramusical. También es algo que se da de manera natural entre alumnos y profesores. Grandes amigos míos son o han sido mis estudiantes.

Todas estas, son razones de peso. Cualquier docente debería aspirar a ayudar a sus estudiantes en los diez puntos. Pero es cierto, que la relación maestro-alumno es más que todo esto. Se hace necesaria una conexión más profunda y cierta dosis de química personal. Enseñar no debería ser una mera transacción de conocimiento. Por eso, cada alumno necesita encontrar a su profesor adecuado. El que realmente empatiza con su estudiante. El que entiende la música que quiere tocar, porque también la escucha, la toca y la ama. El que realmente cree en él y sigue pensando en como ayudarle cuando la hora de clase ha concluido.

Si deseas tomar clases de guitarra conmigo quizá te pueda ayudar, ponte en contacto conmigo y hablemos de ello ;-)

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